ROSENDO MATIENZO CINTRÓN


Rosendo Matienzo Cintrón

Nacimiento: 22 de abril de 1855.

Muerte: 27 de diciembre de 1913.

Nacionalidad: Puerto Riqueño

Una de las personalidades de mayor relieve en la vida social, cultural y política puertorriqueña fue Don Rosendo Matienzo Cintrón. abogado, li­terato, conferencista, líder po­lítico, hombre de vasta cultu­ra, su nombre se inscribe dentro de esa galería ilustre de personalidades que han dado lustre al gentilicio borin­queño.
Nació en Luquillo el 22 de abril de 1855. Hijo de familia de holgada posición económi­ca, al llegar a la edad escolar sus padres se trasladan con él a España a fin de que reci­biese una esmerada educa­ción y fijan su residencia en Barcelona. El joven Matienzo cursó todos sus estudios con notas sobresalientes y a los veinte años se recibió de abo­gado en la Universidad de Barcelona. Viaja mucho por Europa; va a París, Roma, Florencia, Berlín, Londres, aprendiendo idiomas y cono­ciendo de cerca las caracte­rísticas que distinguen a los pueblos del viejo continente. En 1879 contrae matrimonio con Rita Carlota, puertorrique­ña de padres españoles, y de esa unión nacerán tres hijos.
Regresa a Puerto Rico en 1884 y al poco tiempo su figu­ra comienza a despuntar en los medios intelectuales de la isla. Instala en Mayagüez su bufete de abogado y pronto se abre camino hacia el éxito en el ejercicio profesional. Su palabra resuena con especial acento y vigor en los tribuna­les de justicia, colocada siem­pre a favor de la verdad y en defensa de los débiles y de los humildes. Ingresó a la po­lítica mostrando su simpatía por las liberales y en las filas del Partido Autonomista, del cual llegaría a ser uno de sus líderes fundamentales. Con su verbo persuasivo y convincente Matienzo predicó en los campos y en las ciudades, en las más diversas tribunas, su mensaje de unión de todos los puertorriqueños como pre­misa necesaria para alcanzar el sueño autonómico e independentista. En 1904 su candidatura resulta triunfante para un escaño en el Parla­mento y es designado como su Presidente entre aquel año y 1906 y continuará como di­putado hasta 1910. Durante su labor legislativa de seis años presentará y logrará la aprobación de avanzadas le­yes en el campo económico, social y cultural.
Durante su permanencia en Barcelona, Matienzo conoció dos grandes corrientes del pensamiento progresista: la Masonería y el Espiritismo, y con ambas se identificó ple­namente. En 1909, participó en la fundación del Club de Librepensadores, en cuyas fi­las se encontraban los más importantes escritores, poe­tas y líderes cívicos de la isla, unidos por comunes ideales: en lo político, eran liberales y autonomistas, y en lo filosófi­co, masones y espiritistas. En el primer número de su revis­ta La Conciencia Libre se lee el decálogo de los librepen­sadores: "No debían contraer matrimonio religioso. No debían bautizar a sus hijos, ni aceptar padrinazgo de boda, bautizos ni confirmacio­nes. No debían confiar la educación de sus hi­jos a la iglesia ni a sus adeptos. Se harían en­terrar a lo civil. No ayu­darían económicamen­te, directa o indirecta­mente a la iglesia o a sus adeptos. No se sumarían a las cere­monias religiosas y tendrían a los ministros de la iglesia alejados de su hogar y de su familia".
Se comprenderá fácilmente la campaña de agresión y des­crédito que contra ellos inició la Iglesia Católica, fundando la Acción Social Católica, re­curriendo a su poder e influen­cia en el gobierno y los me­dios de comunicación, exco­mulgando a los miembros de la Asociación y organizando misas, procesiones, y otros actos de desagravio "frente a la diabólica conspiración liberal-masónico-espiritista" (sic)...
En su actuación como líder espírita, Matienzo trabajó in­cansablemente por la difusión doctrinaria y por la organiza­ción del movimiento. Fue el primer intelectual de renom­bre que se atrevió a exponer la doctrina espiritista en pla­zas públicas y teatros. En 1903 participó en la fundación de la Federación de los Espi­ritistas de Puerto Rico, y se puede decir que ofreció con­ferencias sobre los más va­riados temas filosóficos, cien­tíficos, sociológicos y éticos, en todos los centros espíritas de la isla. Su nombre estaba entre los colaboradores asi­duos de las revistas espíritus de su época, como El Iris de Paz y El Buen Sentido.
Entre las numerosas obras que se han publicado para dar a conocer la vida y el pensa­miento de Matienzo, debemos destacar la que fuese escrita por el Dr. Luis M. Díaz Soler, Director del Departamento de Historia de la Universidad de Puerto Rico y que consta de dos gruesos volúmenes. El primero titulado Rosendo Matienzo Cintrón, orientador y guardián de una cultura, que es el más completo ensayo histórico y biográfico acerca del prócer puertorriqueño; y el segundo tomo, que recopila en su totalidad la obra escrita por Matienzo. Allí pueden leer­se sus excelentes y bien do­cumentados artículos sobre temas espíritas: La vida de Jesús - Tolstoi - Lombroso - Revelación Espírita - Infierno, gloria y purgatorio, según el Espiritismo - Leyes de la reen­carnación, expiación y del pro­greso indefinido - La verda­dera justicia - ¿Cuál es la Ley? - Los médiums famosos - El mediumnismo - La ciencia delante del Espiritismo y el Espiritismo delante de la cien­cia - Allan Kardec, entre otros.
Víctima de graves complica­ciones gástricas, desencarnó en Luquillo, su pueblo natal, el 27 de diciembre de 1913. Su fallecimiento conmovió a la nación entera. Desde los cam­pesinos y obreros, por cuyas reivindicaciones tanto luchó, hasta los sectores intelectua­les y oficiales, todo Puerto Rico expresó y sintió el dolor de la pérdida de uno de sus hijos más ilustres. Entre de­cenas de ofrendas florales, destacaban una del eminen­te José de Diego, cuya leyen­da era toda una premonición y un himno de esperanza: "Des­de la inmortalidad verás reali­zado tu ideal".