QUINTÍN LÓPEZ GÓMEZ


Quintín López Gómez

Nacimiento: 22 de mayo de 1864, en Calvarrasa de Arriba (Salamanca).

Muerte: 13 de mayo de 1936, en Tarrasa.

Nacionalidad: Español

Escritor y periodista espa­ñol, estudioso y divulgador de la filosofía espiritista, amplia­mente reconocido por su ta­lento y erudición. Nació en Calvarrasa de Arriba (Salamanca) el 22 de mayo de 1864.
Tuvo una educación acci­dentada durante su juventud, ya que su padre, militar sin graduación, cambiaba de re­sidencia continuamente. A los 14 años, ingresa en una im­prenta en el pueblo de Jaca (Huesca) donde aprende el oficio gráfico, en el cual se desempeñará toda su vida. Tres años después se inicia en el conocimiento de la doc­trina espiritista, con la lectura de La Luz del Porvenir, revis­ta editada por Amalia Domin­go Soler. Ingresa a la Sociedad Sertoriana de Estudios Psicológicos, en la ciudad de Huesca y, con menos de vein­te años, de edad funda y diri­ge la revista El Iris de Paz.
En aquel tiempo, el movi­miento español había crecido significativamente; se habían establecido centros y socie­dades en todo el país; y circu­laban numerosas revistas, como La Revista de Estudios Psicológicos (Barcelona), La Revelación(Alicante), El Buen Sentido (Lérida), El Criterio Espiritista (Madrid), en las cuales el joven Quintín López pasó a escribir asiduamente.
En 1989, se trasladó a Bar­celona y, luego, a Tarrasa, en donde ocupó un cargo en el Ayuntamiento de esa locali­dad. Allí, se unió en matrimonio con María Rosa Coll y Coll, compañera de toda su vida.
En 1895, comenzó a publi­car la revista Lumen, la cual llegó a adquirir un elevado re­nombre y prestigio en Espa­ña y en América por su mag­nífico contenido científico, filo­sófico y ético. Se publicó inin­terrumpidamente hasta 1926, cuando, quebrantada su sa­lud, no pudo continuar editán­dola.
Quintín López Gómez es uno de los escritores espiri­tistas más fecundos de todos los tiempos. Pasan de cin­cuenta los títulos de sus obras, y en ellas abordó los más diversos temas, siempre a la luz de la doctrina espírita. He aquí los nombres de al­gunas de ellas: ABC del Espi­ritismo; El arte de curar por medio del magnetismo; Co­nócete a ti mismo; Dicciona­rio de Metapsíquica y Espiri­tismo; El catolicismo romano y el Espiritismo; El Espiritismo; El problema religioso; Filoso­fía del determinismo; Filoso­fía y doctrina espiritista; Glo­sario de palabras nuevas o poco comunes en el Espiritis­mo; Hipnotismo fenomenal y filosófico; Interesante para to­dos; La mediumnidad y sus misterios; La metapsíquica; Las ilusiones de la realidad y la realidad de las ilusiones; Lo que hay acerca del Espiritis­mo; Los artículos de mi fe; Los fenómenos psicométricos; Metafísica trascendente; Omniteísmo; Prometeo victo­rioso o ciencia del éxito; Ras­gando el velo; Visión analítica del Espiritismo kardeciano después de medio siglo.
Altamente interesado e involucrado en la marcha del movimiento espírita en el mundo, viajó a Londres y par­ticipó, en representación de la Federación Espiritista Espa­ñola, en el Congreso Interna­cional Espiritista celebrado en 1922. Allí, propuso la reorga­nización de la Federación Es­piritista Internacional, que ha­bía desaparecido como con­secuencia de la primera gue­rra mundial.
En 1934, volvería a partici­par en el Quinto Congreso Espiritista Internacional, rea­lizado en Barcelona, España, donde fue vitoreado por los delegados de todos los paí­ses participantes, y se le re­conoció como uno de los más brillantes pensadores que han configurado la doctrina espírita, a partir de su codifi­cación por Allan Kardec.
No habrían transcurrido dos años de ese Congreso, cuando desencarnó en Tarrasa, el 13 de mayo de 1936. No tuvo que pasar, al menos corporalmente, por las angustias de la situación creada por insurrección fran­quista y el establecimiento de una dictadura con apoyo cle­rical, que suprimió las liberta­des republicanas y persiguió con saña y crueldad a todas las organizaciones progresis­tas, laicas y librepensadoras, y dentro de ellas, por supues­to, al movimiento espiritista español.
Se interesó por todos los aspectos teóricos, culturales, prácticos, experimentales, que bordean el tema espírita. Relacionó importantes traba­jos de mediumnidad experi­mental. Conoció y aplicó el magnetismo. Relacionó la doctrina espírita con las in­quietudes sociales y políticas de su tiempo.
Por eso, y por mucho más, el pensamiento filosófico de Quintín López Gómez es una referencia obligada para todos aquellos que deseen penetrar en su profundidad la esencia del Espiritismo, comprender­lo en todas sus dimensiones y nutrirse de su infinita sabi­duría.